sábado, 10 de abril de 2010

Vecinos de Ofra rechazan la construcción de una piscina porque les quita vistas

La nueva piscina cubierta que se está construyendo en el barrio de José Antonio, en Ofra, se está convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza para algunos vecinos del edificio Olivina, que tras once años residiendo en estas viviendas de protección oficial han comprobado ahora cómo el desarrollo de esta obra, financiada con cargo al Plan E, "nos está enterrando y ahogando en nuestras propias casas".

Guadalupe es una de las afectadas, y señala desde su vivienda, en el primer piso, que "no hay derecho a que un espacio de terreno que antes ocupaba una plaza pública albergue ahora un edificio", pues dice que "nos han quitado una de las pocas zonas verdes que tenía el barrio y han talado los árboles que estaba en la zona, que valían más que esta obra".

Explica que "cuando compraron sus casas, lo que había en esta zona era una plaza", pero ahora reconoce que los vecinos han reaccionado tarde, pues a medida que la obra ha ido evolucionando, "hemos comprobado cómo poco a poco nos encajona y nos ha quitado las vistas, teniendo ahora una pared en frente de nuestras casas que nos tapa la luz".

Esta vecina señala que "llevamos aquí once años viviendo, pagando religiosamente nuestra hipoteca, y lo que se ha conseguido con esta infraestructura es que nuestras viviendas pierdan valor, porque se ha transformado un lagar que estaba llamado a ser zona verde en una construcción monstruosa que no sabemos cómo será cuando termine".

Además, señala que "todos los días acabo llorando, porque la casa me la han dejado a oscuras y, a medida que avanza la obra es peor, porque la sombra se extiende".

A pesar de este inconveniente, la unión de todos los vecinos del edificio Olivina no ha sido posible, puesto que es sólo una parte del inmueble la que se verá afectada por la proximidad del muro de la piscina, "y nuestros intentos por hablar con los responsables públicos han tenido el silencio como respuesta".

Guadalupe señala que "aquí hacen lo que les da la gana y, al pueblo lo que le toca es fastidiarse, puesto que una obra de estas características se podía haber implantado en otra zona". En este sentido, señala que "a nosotros no nos compensa que se trate de un complejo deportivo, porque aquí, en Ofra, hay otra piscina, en el colegio Las Retamas, que la han dejado abandonar y lo que tenían que haber hecho es rehabilitarlas y no presentarse aquí con este mamotreto".

Otras vías

Al considerar que esta obra le resta valor a su propiedad, dijo que "ya estoy pensando en irme de aquí, porque nos han dejado sepultados y esto es un atropello y una injusticia, pues lo primero que tenían que haber hecho es reunirnos para buscar otras vías, porque esta obra no cabe en este sitio, pues ya estoy asustada, porque, además, llevará una cúpula que acabará sepultando más nuestras casas".

Además, esta vecina indicó que "esta piscina llevará aparejado todo el movimiento de personas y vehículos, con lo que se terminará la tranquilidad, haciendo todo esto con personas a las que no nos han regalado nuestras casas, porque todavía las estamos pagando".

Rosa vive en los pisos inferiores y cree que "lo que me han plantado delante de mi ventana me ha cambiado la vida". Señala que "esta obra me está entristeciendo, porque antes veíamos los árboles y toda la zona, pero ahora sólo tengo el muro de la vergüenza".

Explicó que "nadie nos ha informado de lo que se iba a montar aquí, y esperábamos que fuera una simple piscina, pero ya va por tres pisos de altura y estos nos ha roto nuestra ilusión y calidad de vida, porque nos han plantado delante de nuestras narices un auténtico cajón, con el agravante de que a dos pasos hay otras piscinas que están abandonadas".

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