miércoles, 14 de abril de 2010

El detergente vertido en el agua obliga a Serviocio a vaciar la piscina de Vilagarcía

A la tercera, dicen, va la vencida. Y en el caso de las instalaciones deportivas de Fontecarmoa se cumple el refrán. El tercer sabotaje importante que el complejo padece desde el inicio de la huelga indefinida en el sector ha acarreado consecuencias muy duras. Si el miércoles de madrugada alguien trataba de incendiar el edificio, el jueves intentaron el sabotaje arrojando fragmentos de vidrio y una sustancia en principio sin identificar al agua. Una semana antes, un grupo de encapuchados hicieron lo mismo con varios botes de pintura y lavavajillas. Entonces, aquellos productos pudieron ser retirados sin necesidad de impedir el uso público de la piscina. Ayer, sin embargo, el análisis del líquido elemento no dejó margen alguno de maniobra: la piscina grande, de 25 metros de longitud, tiene que ser vaciada sin remedio.

Los operarios de Serviocio, la empresa que gestiona el complejo, consiguieron retirar la totalidad de los pedazos de cristal de la zona de baños. Sin embargo, las pruebas realizadas indican que, junto a ellos, el agua recibió un notable aporte de detergente. Este material genera, al parecer, una potente reacción cuando se combina con el sudor, que disparar los niveles de conductividad. Hasta un punto, explican los responsables del servicio, que supera los límites marcados por la normativa. Ante semejante constatación, la única salida posible pasa por vaciar el vaso y proceder, a continuación, a un nuevo llenado. Las consecuencias de este tercer asalto merecen un momento de reflexión. Se trata de 600.000 litros de agua contaminados y, por lo tanto, perdidos absolutamente.

Un atentado ecológico

Un derroche evidente al que se une la necesidad de que sean depurados de alguna manera. De esta forma, el sabotaje se convierte directamente en un verdadero atentado ecológico.

Por lo que respecta al funcionamiento de las instalaciones de Fontecarmoa, la piscina grande no estará operativa hasta, como mínimo, el martes. Es necesario un día entero para vaciarla. Teniendo en cuenta que esta labor comenzó ayer, poco después de mediodía, no es probable que su llenado se pueda iniciar antes de esta tarde. Reponer los 600.000 litros exige, también, no menos de 24 horas. A continuación es preciso calentar el agua hasta conseguir una temperatura ideal para el baño. En resumidas cuentas, al menos tres días. Antes del martes no será posible disponer del servicio.

Lo que sí continúa funcionando, en cambio, es la sala de ejercicios del gimnasio, el área de Spa y la propia piscina pequeña, que volvió a abrirse ayer por la tarde. Claro que las actividades acuáticas quedarán relegadas a los cursos de los más pequeños y la rehabilitación.

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